Formas
de escucha
Pierre Schaeffer
se pregunta: ¿De qué forma se nos puede presentar un sonido?
Depende de las intenciones y el interés del receptor.
La
escucha causal
se sirve del sonido para informarse acerca del origen material del
mismo. Lo que se reconoce aquí, básicamente, son categorías:
categoría con causa humana, mecánica, o animal; «[…] buscamos en
el sonido los indicios
que nos digan algo sobre las gentes o las cosas que constituyen su
origen.»
La
escucha semántica
se refiere al uso de un código o lenguaje para interpretar mensajes.
En una conversación, cuando me hablan, no me intereso por el sonido
más que por su sentido, por entender, o interpretar lo que me
comunican.
La
escucha reducida
El
interés por el sonido mismo es lo que caracteriza a la escucha
reducida
o restringida. En ella «se olvidan los indicios y valores en
beneficio de una percepción global «de conjunto», inhabitual,
pero, sin embargo irrefutable porque al
haber descuidado voluntariamente la procedencia del sonido, se
percibe el objeto sonoro»
La
escucha reducida es, según Schaeffer, el método para acceder al
objeto sonoro, y consiste en fijar la atención en el sonido mismo,
en su materia, su forma, olvidándonos de su causa. La grabación
del sonido, y la posibilidad de reproducción y descontextualización
del mismo, es lo que nos da el acceso a la escucha reducida.
Repetición de un fragmento sonoro, con la intención de aprehender
sus características, es la técnica de la escucha reducida.
La
acusmática
La situación acusmática
nos priva de la visión de los objetos materiales, nos fuerza a
escuchar los objetos sonoros enmascarando sus causas instrumentales.
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