jueves, 8 de septiembre de 2011

oíd mortales: actividad de escucha

Quien pudiera sintetizar en un único elemento el aspecto que más diferencia a la sociedad industrial de las sociedades precedentes, debería sin lugar a dudas reservarle el primer puesto al ruido”. Pier Luigi Bassignana

"... uno sólo tiene que pensar en el tronar del trueno, el silbido del viento, el estruendo de una catarata, el gorgojeo de un arroyo ... el traqueteo de una carreta en el camino y en la respiración blanca, completa y solemne de una ciudad en la noche ... Atravesemos una gran capital moderna con nuestros oídos más sensibles que nuestros ojos ... Nos divertiremos orquestando juntos en nuestra imaginación el estrépito de las cortinas de los comercios, los variados gritos en las estaciones de trenes, fábricas de acero, hilanderías, imprentas, plantas eléctricas y subterráneos." (Russolo, 1986, pag. 25-26)

El escandaloso manifiesto de Russolo, escrito en 1913, es algo más que una pieza irónica de provocación cultural. Su elogio del ruido ambiental nos incita a aprender de los sonidos del mundo real y de la forma en que los oímos, para comprender tanto nuestro medio ambiente como a nosotros mismos.
Nuestra audición ordinaria es en sí misma una actividad compleja y en múltiples de sus estratos escuchar es sólo una parte. Referencias, memorias, asociaciones, símbolos; todo ello contribuye a nuestra comprensión de los significados sonoros. Antes que privarnos de esta actividad, el productor sonoro puede tratarla como una fuerza creativa, sobre la que puede influirse, ser transformada y dirigida sutilmente para enriquecer nuestra comprensión de los sonidos del mundo real. Oír es un "material" para el creador radiofónico, tanto como lo son los sonidos mismos.
Vivimos en un mundo sonoro, una realidad que se expresa través de múltiples sonidos. Pero habitualmente no prestamos demasiada atención al paisaje sonoro que nos rodea. Como sabemos, la radio es un medio que transmite sus mensaje por medio de materias expresivas sonoros y el silencio. Por lo tanto, el discurso radiofónico es unisensorial, es recibido por un solo sentido, el oído. La capacidad de escuchar está muy ligada a la capacidad de trabajar con sonidos. En la música se habla de “tener oído”, o de “oído absoluto”, refiriéndose a personas que tienen muy desarrollada su sensibilidad auditiva y que por lo tanto son buenos compositores, intérpretes o instrumentistas.
Como en la música, en la radio la capacidad de oír está íntimamente relacionada con nuestras aptitudes, habilidades, conocimientos y actitudes que ponemos en juego a la hora de crear mensajes sonoros.
El propósito de este ejercicio es facilitar el descubrimiento de nuevos significados en sonidos que normalmente se dan por sentados.
  1. Encuentre un lugar -interior o exterior, público o privado- con un conjunto interesante de sonidos. Siéntese en ese lugar solo y escuche durante 30 minutos o más.
  2. Cuando comience a escuchar trate de concentrarse y prestar atención a todos los sonidos que ocurren a su alrededor, sin importar cuán familiares o mundanos sean.
  3. Trate de recolectar y recordar en su memoria la mayor cantidad posible de esos sonidos. Luego de algunos minutos, concentre su atención en sólo uno de los sonidos. Trate de seleccionar un sonido que Usted piensa se oirá frecuentemente.
  4. Por el resto de la sesión auditiva su concentración se dirigirá primariamente a este sonido en particular.
  5. Una vez que haya seleccionado su sonido podrá comenzar a responder la secuencia de preguntas que siguen. Dedique un mínimo de 90 segundos a cada pregunta. Puede escribir las respuestas en forma de lista. Dedique más tiempo a aquellas preguntas que se relacionen más apropiadamente con su sonido.




DIEZ PREGUNTAS
  1. De memoria, ¿qué diría para describir su sonido? ¿Cuál es la característica que más lo distingue?
  2. ¿Durante qué momento del día o de la semana se oiría su sonido normalmente en este lugar?
  3. Desde que Usted llegó el lugar, ¿cuán frecuentemente escuchó su sonido? ¿Mediría Usted su frecuencia en minutos, segundos o milisegundos? ¿Su regularidad sigue un patrón reconocible?
  4. ¿Cómo se complementa (o rechaza) su sonido con los otros sonidos en su entorno?
  5. ¿Cuáles son los objetos en su entorno que su sonido identifica directa o indirectamente? ¿Hay en su entorno objetos y superficies que su sonido ayude a iluminar o esconder?
  6. ¿Cuáles son las características sociales, geográficas o físicas de su entorno que su sonido podría representar simbólicamente?
  7. ¿Suele Usted encontrar su sonido en otros entornos? ¿Cuán parecidos son dichos entornos al que Usted se encuentra ahora?
  8. ¿Puede su sonido asociarse a algunas memorias de su pasado?
  9. ¿En qué forma cambió su sonido desde el momento en que Usted llegó?
  10. En general, ¿cuál es la contribución de este sonido a su experiencia de este entorno? ¿Tiene alguna influencia en el humor o carácter de las cosas que lo rodean?
A través de ejercicios como éste se espera que los productores de radio puedan desarrollar una conciencia más amplia de los sonidos al alcance de un grabador de campo. Los micrófonos, después de todo, no deberían permanecer inmunes de capturar el contexto social que rodea a la fuente sonora deseable.

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